“Como por norma general evaluamos a través de test, controles, evaluaciones…nos gusta dar un espacio a su creatividad y a sus destrezas manuales proponiéndoles el reto de elaborar un proyecto una vez hayan visto ellos las características diferenciadoras de cada periodo en los diferentes ámbitos: hábitat, economía, herramientas y arte”, explican los profesores Yolanda Ortega y Octavio Meneses.
Para este proyecto no han usado las TIC, ya que en la evaluación anterior ya tuvieron que hacer una presentación sobre arquitectura sostenible. Así, combinan lo digital y lo físico, siempre al servicio de los aprendizajes y las aptitudes que se quieren fomentar.
“Descubres aspectos de los alumnos que de otra manera es difícil de apreciar: la minuciosidad, el detalle y el interés por presentar un trabajo bien hecho, en el que la memoria no es un elemento importante para la calificación”, explican los profesores.
Los estudiantes han podido elegir el formato libremente (maqueta, póster, juego, pintura, escultura…), algo que ellos valoran y con lo que disfrutan año tras año.
“Ha sido muy curiosa su reacción una vez que han podido ver el trabajo y el esfuerzo de sus compañeros: orgullo, admiración, un poco de vergüenza cuando no consideraban que su trabajo estaba a la altura….”, cuentan Yolanda y Octavio. “Nos parece muy interesante esta puesta en común para que aprecien el reconocimiento del trabajo bien hecho. Hay que visibilizar el esfuerzo. Hay que aplaudirlo”.